Relato Colaborativo II. Nudo 1.

Bueno, bueno, bueno…

No ha estado nada mal la participación inicial en nuestro relato «entre todos». Me ha sido muy difícil decidirme y comentaré brevemente lo que me ha parecido cada uno, para finalmente poneros el primer elegido para continuar la historia.

La aportación de Enanonaniano me ha parecido interesante puesto que introduce elementos de misterio alejados del realismo puro y duro. He de confesar que hasta que no llevaba un buen rato leyendo pensé que el Sr. Enanonaniano era víctima de una sobredosis de algo. Después caí en la cuenta de que era yo el que no me estaba enterando pues todo era un sueño. Lo mejor, la última parte, donde el sueño cobra cierta realidad. ¿Por que no lo elegí? Por un motivo simple: El protagonista no sale de la celda y la historia no da un paso adelante significativo, simplemente introduce un elemento, digamos místico que he preferido dejar par más adelante, si se tercia. Mis disculpas.

De la continuación de Marga me quedo con la última parte y la continuación con las supuestas «reglas» del universo carcelario. También sale de la celda, mencionando el patio, los vigilantes y hasta un psicólogo. Estuve a punto de elegirla. Como nota en contra, sólo decir que quizá jugaba demasiado con las normas internas, dejando el espacio un tanto pequeño al resto de continuaciones, no se si me explico.

Después tenemos al Sr. Tecniman, con una colaboración pseudo-erótico-pornográfica que hubiera dado mucho juego. Quizá si hubiera sido `pelín´ más sutil…

Por eliminación, mi elegida ha sido la aportación de Vareli pues creo que es la que avanza más decididamente hacia una hipotética resolución del dilema e introduce leves toques de camaradería, reglas no escritas, lenguaje propio del centro penitenciario y una especie de rival de primera mano, el `encargado´ Raf. Quizá limite un poco al resto de contribuciones posteriores, pero ahí queda. Hace un buen juego con las supuestas normas internas sin saturar o limitar en éste sentido a los siguientes continuadores.

Me han entrado ganas de continuar yo mismo con un pseudónimo y ya tenía mi propio inicio: «Pero volvamos al principio de todo… ¿Por qué estoy aquí?.. Corría el año 1959 y en los círculos del crimen me llamaban «El artista». Era falsificador y mi especialidad eran los catálogos, libros de normas, especificaciones, guias y manuales para hacer pasar una imitación  por mala que fuera como auténtica hasta para el mejor de los peristas. Con el tiempo y a base de toparme con verdaderas chapuzas decidí afrontar yo mismo tanto las falsificaciones como los documentos que la avalaban. Toqué casi todos los géneros y era capaz de falsificar desde carrocerías de automóviles, armas antiguas, papel moneda o sellos hasta joyería, piezas industriales o pequeñas obras de arte. No había nada que no pudiera falsificar magistralmente. Podía hacer un círculo casi perfecto a mano alzada. El perista judicial que me encarceló llegó a decirme que alguna de mis imitaciones, bien llevada, costaría más que la versión auténtica… Yo era un hombre renacentista…» Quien quiera puede utilizarlo para su propia continuación.

En fin. Otra vez será.

Os dejo por tanto con la historia tal y como la llevamos hasta ahora:

Todos lo saben. Hay dos formas de escapar de éste lugar. Una es simplemente fugarse y pasar el resto de la vida corriendo. Otra es delatar a alguien, pero ésta última opción es firmar tu propia sentencia de muerte, cavar tu tumba, luego echarte tu propia tierra encima y con suerte marcar el lugar con un túmulo o una bonita lápida gris perlada.

Es un círculo vicioso. Los de fuera entran al ser delatados. Los delatados te acaban matando, dentro o fuera de aquí. Los muertos no suelen tener nadie que les tomen venganza, por traidores. La población presidiaria, paradójicamente, se mantiene estable a fuerza de esta sangre.

Lo peor de todo es que la reiteración de aburrimientos y parálisis del tiempo que existe aquí dentro te empuja, tarde o temprano dentro del círculo.

Hay algunas fórmulas para romper el círculo. Una de ellas es delatar, salir de aquí y matar desde fuera al delatado, pero no suele funcionar. A veces le  matan a uno primero, incluso al salir de la sala de confesiones y lo peor, sin ponerte en paz con El Altísimo.

Ahora vienen a por mí. ¿Por que? Es una buena pregunta. Quizá por que no me fugué. No tengo ganas de correr.

Aún así he tenido días peores.

Más aburridos.

Decido ponerme manos a la obra para saber por qué soy el próximo objetivo y, lo que es más importante, quién tiene el encargo.
Mathie lleva aquí, en Sanmartina, más de 15 años. Es conocido como El Confidente. Hasta ahora me ha respetado, supongo que porque no le pregunto por sus negocios en prisión. De todas formas, prácticamente todos aquí me respetan, al fin y al cabo soy Carlos Balanegra, Charly The Key.
Encuentro a Mathie en el patio. Concretamente, en su rincón. Su oficina. El punto de encuentro de todo el que necesita información sobre lo que ocurre fuera y, sobre todo, dentro de Sanmartina.
– Mathie.
– Llave, ¿qué te trae por mi bufete?
– Lo sabes perfectamente. Cuéntame qué pasa.
– ¿Qué pasa de qué? Te noto nervioso…
– Mat, no juegues conmigo. Sabes a qué me refiero. Dime qué ocurre. Por qué quieren mi cabeza.
– ¿Tengo que explicártelo yo? Sabes lo que le pasa a los bocazas…
– No tenía elección, es parte del código. Cualquiera hubiese hecho lo mismo. Tú lo sabes…
– Siempre hay otra elección, Carlos. Tú has tomado la tuya, carga con las consecuencias.
– Dime al menos quién tiene el encargo.
– 10.000. O tu pliego semanal.
Mathie sabe que en Sanmartina puedes conseguir armas, droga o incluso un teléfono, pero es casi imposible introducir dinero. De hecho, El Confidente no quiere dinero, quiere mi pliego semanal. Decido dárselo a cambio de un nombre.
– Has hecho un buen trato, Llave. Aunque no creo que te sirva de mucho. El encargado es Raf. Lo siento, de verdad, no eres mal chico.

Por ahora nada más. Ánimos a todos y espero más colaboraciones, comentarios, sugerencias…

Gracias a todos por colaborar y ¡a por el Nudo2″

Relato colaborativo de Sietenanitos.

Señoras y señores… ¡Con todos ustedes! ¡Por aclamación popular! Les presentamos… ¡El Relato Colaborativo de Sietenanitos!

La dinámica del asunto viene reflejada estupendamente aquí, pero vamos a resumirlo un poquito. Se trata de hacer una historia escrita entre todos los lectores y colaboradores de nuestro blog. Empezaré escribiendo al final de éste artículo la primera parte y quien quiera puede continuarla, a través de los comentarios. Espero que participeis cuantos más mejor. Está abierto a todos y a todos los géneros posibles. Total libertad. Incluso si no os atrevéis a continuar podéis sugerir qué relato debe continuar la historia. Todo vale (casi todo).

Lo haremos, como en la idea original de Vareli, en cinco partes: Introducción (al final de éste artículo) – Nudo1 – Nudo2 – Nudo3 – Desenlace. Yo haré de árbitro y (salvo hecatombe) no participaré como autor. Intentaré dar cabida a todos los que escriban y espero que me ayudeis a elegir por la cantidad de escritos de continuación y comentarios al respecto. Una diferencia con el original será que no daremos un tiempo definido para escribir. Elegiré el relato continuador cuando haya varios para elegir y haya pasado un tiempo prudencial. También me podéis pedir prórrogas si tenéis vuestra aportación a medio hacer.

Espero que los amigos de Fuga de dientes, Turkana (que se quedó con las ganas en la versión original), Dioni y angela (tán participativos y geniales en la «anterior edición»), Cristina, MMR, el Señor Pinela, Doctor Nahum, VeronicaWinehouse, Dina Torres y el resto de nuestros amigos, lectores, co-autores y seguidores incluído tachenkito y, ¿porqué no? Mercadeo Pop , Katy y Jesus (of suburbia) se animen a participar.

Vamos con la introducción que, en éste caso, no es un relato inédito:

Todos lo saben. Hay dos formas de escapar de éste lugar. Una es simplemente fugarse y pasar el resto de la vida corriendo. Otra es delatar a alguien, pero ésta última opción es firmar tu propia sentencia de muerte, cavar tu tumba, luego echarte tu propia tierra encima y con suerte marcar el lugar con un túmulo o una bonita lápida gris perlada.

Es un círculo vicioso. Los de fuera entran al ser delatados. Los delatados te acaban matando, dentro o fuera de aquí. Los muertos no suelen tener nadie que les tomen venganza, por traidores. La población presidiaria, paradójicamente, se mantiene estable a fuerza de esta sangre.

Lo peor de todo es que la reiteración de aburrimientos y parálisis del tiempo que existe aquí dentro te empuja, tarde o temprano dentro del círculo.

Hay algunas fórmulas para romper el círculo. Una de ellas es delatar, salir de aquí y matar desde fuera al delatado, pero no suele funcionar. A veces le  matan a uno primero, incluso al salir de la sala de confesiones y lo peor, sin ponerte en paz con El Altísimo.

Ahora vienen a por mí. ¿Por que? Es una buena pregunta. Quizá por que no me fugué. No tengo ganas de correr.

Aún así he tenido días peores.

Más aburridos.

Lo dicho: Queda inaugurado éste botellón Relato Colaborativo… ¡A participar!